18/12/13

Te prefiero así

Te prefiero asi; mudo, inconsciente, inimaginable, lejano, perfecto
te prefiero así entre miradas temerosas tímidas y coquetas
así entre cejas desordenadas y ojos intimidantes.

Así lejano, sin palabra alguna, sin matar la ilusión
sin perderte de vista, sin perderte.



15/10/13

Ella

La misma historia de amor y mierda la he escuchado muchas veces o quizás no tantas, pero esa es la mía; la misma de él. No soy yo quien sufre o guarda anhelo, no soy yo. Sufren ellos por culpa de su estúpido capricho. Ya no lo amo y es que ni siquiera lo recuerdo, son reflejos borrosos como los de aquella noche en que embriagada olvide por completo lo que hacía y es que no tengo la culpa ni ella, ni él. Simplemente somos dos historias diferentes cruzadas por su estúpido y arrogante capricho de tenerme en su cama o de resignarse a olvidarla o también porque paradójica, extraña y estúpidamente me identifico con la mujer con la cual me rompieron el corazón.

Fue aquella noche lo recuerdo muy bien, porque siempre tiendo a recordar lo malo en que él sin ninguna anestesia quebró las ilusiones que había creado sola para mí. Ahora cuando ya nada duele y no existe la mínima posibilidad de que lo haga reconozco toda mi culpa, reconozco que no la recordaba a ella porque esa ella- a quien hoy le debo tanto- la que sin saber de mi existencia escarbo, reabrió y curó mis heridas.


Esa ella a quien hoy le escribo jamás sabrá de mi tanto como yo llegue a saber de ella, en un momento la odie, insulte y desprecie con fuerzas inimaginables. Después de haber comprendido la importante insignificancia que tenía en mi vida me dispuse a amarla; no ese amor del bueno, ni del verdadero o mucho menos del pasional. Es ese amor del que se le tienen a los que están lejos invisibles, inconscientes, sordos y mudos. Un amor que no es amor, que no es nada. Un amor que no se debería llamar así porque es más bien un silencioso agradecimiento a su existencia por intervenir  en la mía, sin embargo llamémosle amor.

31/7/13

Carta sin destinatario.

La muerte toco sus manos, acaricio sus dedos, rozo su piel; le dijo al odio ven, ella fue. La muerte era la única razón para vivir, ¿Por qué, qué sentido tiene todo esto? ¿Qué sentido tenía para ella vivir? Si lo hubiera sabido antes la hubiese detenido; si tan solo comprendiera de la misma forma realista negativa y absurda la vida como lo hacia ella sabría que está feliz; que esta mejor. Sabría que jamás debí haberla amado y odiado como lo hice conociendo que ella era así.

Ahora estoy aquí como un loco obstinado y destinado de nuevo a perderme en el alcohol del alma, el alcohol y el vicio de las palabras, tratando de extrañarla poco y olvidarla mucho, escribiéndole una carta que jamás podrá leer.

6/7/13

Algún día escribiré una historia de amor.

Algún día inventare la historia de amor más bella que jamás ha sido contada, será perfecta, será para siempre, será tan falsa que ni los unicornios podrán comprenderla aceptarla o por lo menos tomarla en serio. Porque el amor es eso, es tan incomprensible, tan difícil, tan temporal como mi vida o como la vida de todos.

5/7/13

En la noche.

Ella caminaba sola en medio de la noche sin sentido alguno por la universidad. No quería llegar a casa, una casa abandonada sola y fría, no quería llegar a su cama a ver fantasmas del pasado.

Eran casi las nueve de la noche y Lucy sin ningún rumbo caminaba en medio de  arboles gigantes que cubrían el cielo, faroles que no emitían alguna luz, pues no era necesario; no había ni un alma allí, mesas y sillas donde nadie se pretendía por la inmensidad de la noche, pasto, plantas, salones y hasta una capilla donde alguna vez entro a orar por él.

Vestía de blanco paradójicamente pues jamás lo hacía; su alma en medio de la tristeza de haberlo perdido en ese trágico accidente solo se sentía negra, oscura, pesada pero en su exterior se veía de otra forma; alegre, en paz, feliz; aunque era una felicidad hipócrita pues el vacío de no tenerlo la hacía vagar como un alma en pena.

Uno de los celadores le pregunto si quería algo, ella se limito a responder que no, que se iría; decidió retirarse de aquel lugar, aunque por un momento pensó en entrar a la capilla; necesitaba un refugio y quizás solo Dios se lo podría dar pero al fin se retracto. Empezó a caminar hacia la parte trasera de la universidad. Ella era una estudiante de comunicación social de quinto semestre, blanca casi igual que la nieve, con el cabello tan rojo y encendido que parecía candela y esos ojos como el mar, tan azules profundos misteriosos y fascinantes en los que su amado muerto se perdía por horas.


Lucy llego a uno de los edificios, subió las escaleras hacia el último piso, se paro en una baranda y se lanzo al vacio. No lo pensó estoy casi segura y al chocar su cuerpo con el suelo la vida se le escapo de las manos.

La vida.

La vida es tan efímera que a veces pasa sin darnos cuenta, la vida no aburre, aburre la monotonía, aburre el vació de saber que morirán y que moriremos todos porque al fin todo quedara resumido en un cuerpo, en un cadáver melancólico, nostálgico y frió, un cadáver que solo expresa tristeza, un cadáver que se perderá con la crueldad del tiempo y del olvido, porque nadie es recordado para siempre, precisamente por eso, porque quienes te van a recordar en alguna momento también van a morir.

18/5/13

Solo un momento.

Estaba sentada esperando; llevaba mas de una hora allí, con la mirada fija hacia la nada en la estación del tren con el anhelo de que su amado llegara, eran aproximadamente las 4 de la tarde de un 3 de enero 1920, una año y una década empezaban y ella solo deseaba ver a Harry quien desde antes de la ultima navidad había realizado un viaje de negocios en la capital. 

En Nueva Orleans todo parecía  estar bien, pero solo un pequeño detalle oscurecía la luz de Ruby; aquella joya que Harry tanto amaba , aquella mujer del cabello color noche y los ojos del color de cada café de la mañana, bien oscuros como a el le gustaba; ese detalle era el; la espera la consumía y la envolvía en mil historias y cuentos que jamas ocurrirían y aquella trigueña hermosa que hasta ahora empezaba a vivir solo veía fantasmas del pasado envueltos en su presente que la hacían imaginar un futuro incierto.

Ya la estación estaba sola y vacía  la noche la había tomado  por sorpresa no tenia mas remedio que regresar a su casa. Así fue. Al día siguiente con la esperanza de verlo por fin, se puso su mas hermoso vestido y pinto sus labios de rojo para que al besarlo en el la marca de su propiedad. Su ilusión, su angustia y su anhelo se mezclaban en uno solo y estando a punto de partir a la estación tocaron la puerta de su casa, la madre de Ruby apresuradamente abrió la puerta y para desgracia de ella era el padre de Harry quien le traía la nefasta noticia de que la noche anterior mientras caminaba rumbo a su casa después de que el tren lo dejara casi a media noche un vagabundo por robarlo con un puñal había atravesado el corazón de su amado cegándole la vida por completo.

La trigueña piel de aquella mujer quedo blanca y de sus ojos cafés solo salieron lagrimas de dolor, su Harry no estaría mas con ella y en un impulso demente salio de prisa hacia la estación encontrando allí la muerte.

FIN